Habla Memoria. Ese tipo que ayer fui.
Cada vez que veo las calles de Nápoles la nostalgia y la melancolía me traen tu cálido y femenino recuerdo encarnado para siempre en la memoria más íntima de mi corazón... Entonces atravesando el tiempo aparecen y me abrazan el alma aquellas tus dulces y entrañables palabras, las que encierran con natural y espléndida simpleza todo lo nuestro vivido dentro... Entre la exquisita fragancia del café recién hecho a la mañana me decías: Sabes mi bohemio americano!! Olerá así cada día de tu vida en que decidas volver y amanecer conmigo!! "Ti voglio tanto bene" y con el primer sorbo besabas mis labios.
Oh! Catarí! sensual mujer napolitana, por entonces tu fuiste mi total alegría, mi gran pasión, mi primavera en otoño. Con todo mi ser te amé en lo profundo, las rosas de tu jardín me susurraban que eras mía..., pero lo nuestro era clandestino y no pudo durar más el camino, que aquel inconmensurable momento que nos deparó el destino.
Jamás olvidaré aquellos enternecedores amaneceres..., las dos copas de vino vacías sobre la mesita ratona, mudos testigos de nuestras noches preñadas por encanto de amor, tu encendida e insinuante mirada mientras tomabas mi mano y la apoyabas sobre tu pecho, acelerándome el pulso, tus tentadores labios despintados, la bata semi abierta, el pelo suelto que delineaba como nadie tu singular belleza napolitana..., tus delicados zapatitos de crochet para salir de la cama y esa fragancia inigualable de tu café con notas florales y frutadas embriagando de ternura y pasión, resumiendo nuestro pequeño gran idilio... y por último esa furtiva y perenne lágrima tuya que humedeció mi alma al partir...
Oh! Catarí!! mi cómplice y entrañable mujer napolitana, nunca más volví a encontrar aquel singular encanto del amor, ni esa fragancia y sabor de tu café por las mañanas.
jcp
Caracas, 2022